Hijo del Santo celebra 40 años de carrera.

Foto: Pablo Lozano.

(KSM) El Hijo del Santo celebra 40 años como luchador profesional, una aventura que inició un 16 de octubre de 1982 y que continúa hasta la fecha, dando vida al legado más importante de la lucha libre mexicana, llevando el personaje al siguiente nivel y ya trabajando en lo que será la siguiente generación del Enmascarado de Plata.

Para el continuador de la leyenda que estableció Rodolfo Guzmán Huerta “El Santo” (QEPD), la vida no ha sido nada sencilla pues la admiración hacia el trabajo de su padre le valió arrancar su carrera con infinidad de detractores, quienes sin verlo luchar ya lo descalificaban como portador de la máscara de plata.

“Agradezco a mi padre el Santo, El Enmascarado de Plata, la herencia que me dio en vida, pero debo decir, que lejos de ser fácil mi incursión en el mundo de la lucha libre, como mucha gente lo pensó en mis inicios, debo decir que tal vez me costó mucho más porque yo tuve que luchar también contra las comparaciones y forjar mi propia historia”, señala el Hijo del Santo.

Al paso del tiempo, la vida lo llevó a formar parte de empresas como el Consejo Mundial de Lucha Libre y Triple A en México, además de la WWF (hoy WWE) de los Estados Unidos, así como el Toreo de Cuatro Caminos, y después de varios años, iniciarse en el mundo como promotor al frente de su propia empresa el Todo X el Todo.

“Una carrera profesional como la mía no sería lo que es sin el apoyo de mis amigos de la prensa y público aficionado, y por eso siempre estaré agradecido”.

Fuera de los encordados, cuenta con el título de Lic. En Comunicación por la Universidad Iberoamericana, lo que le ha dado la posibilidad de desempeñarse en los medios de comunicación como TVC Deportes con su programa Experiencias con el Hijo del Santo, ha sido columnista en los diarios Récord y el Gráfico.

“Cuarenta años se dicen rápido y detrás de estos años hay una historia de triunfos y éxitos, ahora con el internet ya todo esta documentado, pero la gente que no sabe es, que para mantener una carrera como la mía, siendo hijo del más grande luchador enmascarado de todos los tiempos, he tenido que vivir también otro tipo de golpes bajos y traiciones, el abuso de algunas empresas y algunos promotores, he vivido el dolor de ver a mis compañeros dejar su vida en el ring sin ser remunerados justamente, terminando sus día en la pobreza, siendo apoyados muchas veces solamente por los mismos compañeros”, concluyó.