Hera vivió al máximo su presentación en Perú 77.

Foto: Pablo Lozano.

(KSM) La gladiadora Hera, hija del Valiente, reconoce que su debut en la Arena Coliseo de la Ciudad de México fue un momento imborrable en su vida, plagado de emociones, de nervios, de recuerdos, de orgullo y compromiso, pero al final, el poder cumplir el sueño que guardó por muchos años como aficionada y que ahora pudo ver cristalizado como luchadora profesional. 

“Me comían los nervios, pero es increíble pisar ahí y ser una amazona, que te presenten, escuchar tu música, se siente muy padre”, señaló Hera.

“Yo siempre me preguntaba que se sentiría ser luchador, toda esa adrenalina buena, que la gente te vea, es algo que yo quería sentirla, yo siempre he admirado a mi padre, yo era súper fan del Perro Aguayo, de Mr. Niebla y me venía con mi traje de barrendera y mi peluca a bailar, para mí fue un sueño muy bonito”, añadió.

Las horas previas al debut fue un momento inolvidable, “la verdad, de los nervios yo no podía ni dormir, cuando iba camino a la Arena y me encontraba a dos cuadras yo decía, me voy a regresar a mi casa, pero estando ya ahí, se siente muy bonito, la gente te cobija mucho”.

El debut estuvo envuelto en muchas emociones de por medio, “a mí el día que me dijeron que me tocaba el día 16 ahí en la Coliseo casi me desmayo en casa, en la tarde fui a entrenar y tenía una taquicardia muy fuerte, y mi padre me dijo, porque te pones así, para eso entrenaste todos los días, él siempre te dice las mismas palabras, sabe lo que le cuesta a cada luchador, porque a cada luchador le toca vivirlo de manera diferente, me dijo párate, vete a entrenar, y él es así, no porque sea malo, porque sabe las cosas que podemos hacer, y eso hice fui a la función a divertirme, a hacer lo que me gusta, a disfrutar y que la gente lo disfrute también”.

Hera le agradece a la vida que le hubiera puesto a una madrina como Tiffany, “todo el tiempo, la madrina Tiffany estuvo al pendiente de nosotros, ustedes la ven como una persona muy ruda y es una persona muy linda, nos dijo palabras como fuera nervios, conviertan es en energía, todo el tiempo consejos buenos, yo me sentí cobijada en todo momento, la verdad es que no pudimos haber tenido mejor madrina que ella”.

Ser la hija del Valiente “es una gran responsabilidad, de demostrar que sabemos luchar, que podemos hacer bien las cosas, que podemos dar grandes encuentros, ya sea de rivales o de parejas, siempre vamos a ser muy profesionales, es una fuerte responsabilidad y que vean otra faceta del Valiente”.