El Terrible hombre de retos y éxitos.

Fotos: Pablo Lozano.

(KSM) El actual Campeón Nacional de peso completo, El Terrible, es un gladiador que a lo largo de su carrera ha enfrenado grandes pruebas para llegar al estrellato dentro de la lucha libre, sabiendo aprovechar cada una de sus oportunidades dentro y fuera del ring, donde desde muy pequeño tuvo la fortuna de estar rodeado por grandes figuras del pancracio, hasta el momento de pasar de compañero a rival, y llegar ser hoy un ejemplo para las nuevas generaciones.

Su primer contacto con el pancracio fue desde pequeño con los Gemelos Diablo (José y Alfredo Sánchez) de Guadalajara, quienes eran amigo de su padre, y ahí comenzó a querer el deporte, aprendió jugando y luego sería el inicio de una larga y exitosa carrera, “ellos me traían jugando, me cansaban porque yo era muy hiperactivo, me enseñaban a maromear, a caer, a bajar mi intensidad”.

Ya como deportista fue alumno del Relámpago Ramírez en Monterrey, teniendo la posibilidad de aprender de grandes figuras de ese momento como Sanguinario (QEPD), Jerry Estrada, “gracias a esa gente te han enseñado los conocimientos de la lucha libre, valorar la lucha libre, porque hubo gente como Mario Segura “El Ninja” (Tío de Héctor Garza QEPD), que también tuve el honor y el gusto de enfrentarme a él, Chamaco Maravilla de Monterrey o Chucho Villa (QEPD), Los Compadres del Diablo”.

Uno de los momentos que marcaron su vida fueron las palabras del Último Guerrero cuando se conocieron en el norte del país, siendo el lagunero muy directo al decirle lo complicado que es triunfar en la capital, sin embargo, eso lo tomo como una motivación, el pretexto para dar el gran paso como luchador.

“Me platico su experiencia, que sufrió, que vino a México a probar fortuna, si es pesado él, en ningún momento me engaño, él si dijo que si vas a México vas a sufrir, vas a empezar desde abajo, vas a picar piedra tanto en una arena como en otra, vas a buscar tu propio camino y abrirte puertas, quedó así, terminó y nunca lo volvía ver”, recuerda.

Tiempo más tarde se volverían a ver en una arena del Estado de México, “en el 2000 me vine a la aventura, a picar piedra, el Guerrero me vio están yo ya seis meses aquí en México, yo luchaba en Coacalco, en Naucalpan, López Mateos y una que otra arenita. Me topo en ese entonces al Guerrero en la Arena Coacalco, me ve pasar y se queda congelado, volteo y lo salud, me pregunta que qué estaba haciendo aquí, le dio mucho gusto verme ahí”.

Lo que era un gusto mutuo “porque le dije bien claro, seguí tu consejo, me vine a quitar la venda de los ojos y a demostrarme que si tu puedes, yo también lo puedo hacer, no me quedé con el que dirán, porque el Guerrero me lo dijo que el hubiera no existe, si no te arriesgas ahorita ya nunca lo vas a hacer, sus palabras fueron muy sabias para mí, fue el empuje, sus palabras me sirvieron mucho de apoyo y de mucha moral”.

Pero faltaban pasos por dar, el pasar de El Engendro del Mal o darle vida al Terrible, “los cambios por algo pasan y son buenos, a principio fue algo con un poquito de miedo, no lo voy a negar, me acuerdo que llegue, vas a grabar, que nombre, y en ese momento me acuerdo que… Que tal soy el Terrible, soy originario de Monterrey, Nuevo León, y vengo a buscar un lugar con la Universidad de los Guapos y me vale a quien le pese”.

Llegando el momento de consagrase en un Homenaje a Dos Leyendas haciendo equipo con el Hijo del Perro Aguayo (QEPD) y con los consejos del Perro Aguayo, para enfrentar a dos legendarios como Cien Caras y Máscara Año 2000, siendo la lucha que eliminó toda duda de que está hecho para las luchas estelares.    

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